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Saturday, 28 June 2025

Saturday’s Good Reading: “Dies Irae (Sequência do dia de Finados)” translated by Alphonsus de Guimaraens (in Portuguese)

 

[dedicado] a Mário de Alencar.

 

Oh! dia de ira, aquele dia!

Di-lo Davi, e a Pitonisa:

Revolve o mundo em cinza fria.

 

Mas que pavor haverá quando

Vier Aquele que pesquisa

As obras do homem miserando!

 

Pelas regiões do eterno sono

Soa a fatal tuba da Crença,

Reunindo a todos ante o Trono.

 

A morte e a natureza, pasmas,

Veem, ante Deus que os julga, a imensa

Ressurreição desses fantasmas.

 

Tudo que tem de ser julgado

Há de surgir num livro de onde

O clamor se ouve do pecado.

 

E Aquele que os mortos reúne

Há de julgar o que se esconde,

E nada ficará impune.

 

Que direi ante o Trono augusto?

Só tu, com as tuas vestes alvas,

Não sofrerás, Alma do Justo!

 

Rei de tremenda majestade,

Os que serão salvos tu salvas:

Salva-me, ó fonte da piedade.

 

Da tua Sacrossanta Via

A causa fui, Jesus Piedoso:

Não me percas naquele dia.

 

Com fadigas, suores e pranto,

Tu me buscaste sem repouso:

Não se perca trabalho tanto.

 

Oh! meu Senhor Deus de vingança,

Antes daquele dia extremo

O teu perdão sobre mim lança.

 

Como réu, eis-me suplicante…

Com o rosto em fogo choro e gemo:

Perdoa esta alma agonizante.

 

Como, Jesus, me esperançaste

Quando ouviste o ladrão contrito

E a Madalena tu perdoaste!

 

É indigna a prece que em mim clama:

Faze por teu favor bendito

Que me não queime a eterna chama.

 

A mim entre as ovelhas deita,

Longe dos bodes condenados,

De ti, Jesus, à mão direita.

 

Ah! se os malditos tu condenas,

Põe-me com os bem-aventurados,

Livre das sempiternas penas.

 

Cuida em mim na hora derradeira…

Dia de lágrimas! pois o homem

Há de surgir da cinza e poeira.

 

Do teu perdão abrindo os portos,

Livra-o das chamas que o consomem…

Réquiem eterno aos que estão mortos!

Saturday, 31 May 2025

"Oración de Fuego" by Fr. Pablo María Guzmán, Figueroa (in Spanish)

 

Para pedir al Divino Padre sus adoradores.

¡Oh Padre amadísimo! Aquí tienes al más miserable y pequeño de tus hijos que viene a abrirte su alma y a pedirte lo que sólo Tú puedes darle. Y precisamente porque la petición es grande y porque sé que los elementos todos del infierno se han de oponer a su realización, por eso, me dirijo a Ti, oh Padre Omnipotente, por eso vengo a hablarte en nombre de tu divino Hijo y con los labios de María Inmaculada.

Oh Padre, vengo a pedirte algo que no puedes dejar de concederme porque es tu propia gloria. Sí Padre Amadísimo, quiero tu gloria; pero una gloria inmensa, que sobrepase a la que te dan los seres inanimados o irracionales, y que tenga por modelo la que te dio tu Hijo divino a su paso por la tierra.

El salmista invitaba a la creación para bendecir tu nombre y las obras de tus manos se apresuraron a obsequiar esos deseos. Por eso en tono afirmativo repetimos sin cesar: Coeli ennarrant gloriam Dei… Sí, las criaturas materiales te alaban. En los astros descubrimos la grandeza de tu poder, en las flores y los fruíoslas delicadezas de tu amor. La inmensidad del Océano nos pregonan tu omnipotencia y el orden maravilloso del Universo nos asegura tu infinita Sabiduría. Pero, oh Padre, ninguno de esos seres te da la gloria que más deseas, porque ellos no aman y Tú quieres la gloria del Amor.

* * * * *

Para indicarnos la gloria que querías, hiciste que tu Hijo encarnara y que viniese a este mundo. A nadie quisiste confiarle misión tan sublime, sino a tu Verbo. Querías que fuese tu propia Palabra la que nosotros escucháramos.

Por eso Jesús dijo, «Yo he hablado las cosas que oí a mi Padre» o las cosas de mi Padre. Y, ¡qué bien supo cumplir su misión ese Verbo Encarnado! Con cuanta razón pudo decir ante de su muerte: «Yo por mi te he glorificado en la tierra, tengo acabada la Obra cuya ejecución me encomendaste (Jn. 17, 4)

Tu gloria oh Padre fue su pasión sobre la tierra; por buscarla su hizo niño con los niños, sabio con los sabios, para ello cargó sobre sí las miserias todas de los hombres, a fin de borrarlas y dejar una humanidad redimida, blanca y pura. Para ello formó sacerdotes que perpetuaran su Sacrificio por el que te dio tanta gloria.

Más, ¡oh Padre Adorado! Yo quiero descubrir en el Corazón de tu Divino Hijo un gran secreto de glorificación para Ti, cuando en términos generales y velados le dijo a la samaritana: «Pero ya llega el tiempo, ya estamos en él, cuando los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque tales son los adoradores que el Padre busca (Jn. 4,23).

Jesús fue el primer gran adorador en Espíritu, ya que el Espíritu Santo era su guía y el alma de su alma; ya que como Dios tenía con Él una misma naturaleza. Fue el primero en amarlo en Verdad pues Él era la Verdad misma y por eso Jesús es el Modelo de esas almas que bosquejaba a la samaritana. Después de Jesús, María y algunas de las almas escogidas que seguían de cerca al Divino Maestro.

Pero Jesús en mi sentir, oh Padre amado, veía el más allá. Contemplaba los siglos que vendrían hasta el fin del mundo y después de proponer los Modelos, verá a lo lejos las almas que serán su porción escogida. Él te glorificó, y su Iglesia Santa no deja de glorificarte, haciéndote el Centro de su admirable liturgia; pero en el corazón de los fieles, ¡cuánto olvido para Ti! Cuánta indiferencia a los ideales supremos de glorificación que para Ti tuvo de divino Hijo.

Triste es decirlo, Padre mío, pero después de 19 siglos, el mundo no ha sabido comprender esos sentimientos del Corazón de Cristo. Y si no ¿En dónde están los grandes devotos tuyos? En la vida misma de los santos ¿Qué se nos dice en orden a esa gloria especial que por su amor para Ti debieran darte?

Bien es cierto que no han faltado almas privilegiadas que te amen con pasión; pero ¿Bastará eso a llenar las aspiraciones de Jesús? ¿Será justo que terminen los tiempos y que tu amor se haya perdido en las generalidades de una devoción vulgar? ¿Será mucho pedir que el mundo atienda a los deseos y al ejemplo de Cristo y que se vuelva hacia Ti para ofrendarte lo mejor de sus bellezas y lo más sublime de su amor?

 

¿Qué quiero para Ti, oh Padre amado?

Una legión de almas que en cuanto sea posible reproduzcan a la humanidad tal como había sido en la mente divina sin la caída del primer hombre. Almas puras y sencillas que te desagravien y te consuelen por aquella decepción, diré, que tuviste al crear al primer hombre y contemplar su caída. Cuando Tu queriendo encontrar en él cariño de verdadero hijo, lo viste desobedecer.

Por eso ahora te pido, oh Padre, verdaderos hijos y adoradores que hagan de la tierra un paraíso y de sus almas y sus hogares tus casas, donde Tu reines y donde tu Divino Hijo se sienta como en su propia casa, ya que Él no tiene otra casa donde habitar sino la Tuya. Y que allí viva como vivió en tu Seno desde toda la eternidad. Oh si fuera posible que en esas moradas donde debes reflejar tu Cielo en la tierra, no se conociese el pecado: ¡Qué dicha sin igual!

 

¿Cómo quiero que sean?

Almas hostias con Jesús Sacerdote par tu gloria oh Padre. Que su mirada sea límpida como el Cielo y su corazón grande, como el Corazón de Jesús donde vivirán escondidas. Su alma sencilla como la de un niño, reflejando la encantadora sencillez de Jesús al elevar sus ojos cuando te deba gracias. Que con los Cielos canten la gloria de Dios y con el firmamento anuncien la grandeza de sus obras, ya que deben ser como un cielo límpido que refleje las gracias de Dios.

Que sean almas sacerdotales, pues debiendo ser víctimas tendrán que formar una sola Hostia con Jesús Sacerdote. Su corazón sacerdotal tendrá como misión agradecerte siempre el sacerdocio eterno de Cristo y su prolongación en los Cristos de la tierra. Ellas amarán por todo y por todos, prestando su corazón aún a los seres inanimados para que en ellas amen todos esos seres criados por tu amor, ¡oh Padre Santo!

Almas de niños, se conmoverán por cualquier don de Dios, y como no hay nada semejante al Sacerdocio eterno de Cristo y su comunicación a las almas, ellas se convertirán en deudoras con Cristo cerca de Ti, oh Padre amado, para darte gracias por su Sacerdocio eterno y ellas serán también auxiliares del sacerdote en esa imperiosa necesidad de agradecer el don inestimable de su vocación sacerdotal.

Quiero para Ti, oh Padre, almas en las que brille la perfecta alegría, herencia de la pureza y del dolor. Que ellas manifiesten al mundo que no hay dicha más grande que aquella que se encuentra en tu servicio y en la fidelidad a tu amor. Que por vivir cerca de Ti, reciban tu divina fecundación y la vayan distribuyendo en el campo de las almas, para que todas te reconozcan y te amen como a Padre. Que sean almas víctimas, alma Hostias; pero formando con Jesús una sola hostia, así como deben participar de su mismo sacerdocio.

Más ¡oh Padre Amado! ¿Será posible tan cosa? Si fuera obra humana seguro que no; pero no debe ser sino el fruto del sacrificio de Jesús. ¿Recuerdas Padre amado que Él te pidió en la última Cena que lo glorificaras para que Él mismo te glorificara? Y Tu bien sabes, Padre mío, que la única gloria que tu Hijo busca es la tuya. Esa petición equivalía pues a decirte que por sus obras, por su vida y por su muerte, fueras más y más glorificado y que lo fueras en aquellos discípulos que tanto te encomendaba y que debían continuar su obra en la tierra. Por eso les dijo amaba como Tú lo amaste y que quería que ellos te amaran con tu mismo amor, pues Él nada quiere que no lleve el sello de tu Amor.

Así pues oh Padre amado, estas almas que te pido son conquista de Jesús. Con ellas serás glorificado y glorificarás a Quien te las conquistó con sus enseñanzas y con su Sacrificio. Tú que tanto amas a tu Divino Hijo, que lo buscas dondequiera, ¿Habrías de negarle ese gusto de verse reproducido en las almas que lleven como pasión su única pasión y como amor su Supremo amor que eres Tú?

A Ti oh Padre, siempre te conmueven las lágrimas de Jesús. Pero si divinas y encantadoras fueron todas las que brotaron de sus ojos, aquellas que en el silencio haya derramado al contemplar esos perfectos Adoradores Tuyos ¿Qué te harían sentir, oh Padre amado? Pues bien, oh Padre, el corazón de esas alma adoradoras Tuyas quiere ser como una ánfora que vaya recogiendo esas lágrimas de alegría que broten de los ojos de Jesús al verte amado.

Las provocarán y las guardarán como precioso tesoro. Y el día de su muerte, cuando el cuerpo tenga que separarse de su alma, envolverán a ésta con ese delicado perfume, y así se presentarán delante de Ti, oh Padre para que las reconozcas como Tuyas y las ames con un amor eterno.

Con ese perfume quien perfumar el primer beso que te den al llegar a la Patria, y que será un remedo del beso eterno que Tu imprimes a tu Verbo. Será tu Espíritu quien así como eternamente te une con tu Hijo y consuma tu amor, así también introduzca a estas almas en la unidad de la Trinidad.

Más oh Padre! el demonio envidioso de tu gloria y de este triunfo del Sacrificio de tu Hijo ha de poner asechanzas especiales a estas almas, a fin de perderlas; pero oh Padre, te ruego por el amor mismo de tu Hijo, que no permitas que ninguna se pierda ni sea infiel a su santa vocación. Que tu mirada les sirva de escudo y que los ataques de Satanás sólo sirvan para demostrar su fidelidad y el celo ardiente por tu gloria. Cúbrelas con su Sombra Divina para que el mundo no las vea ni las toque. Que sus almas sean como huertos cerrados donde Tú solo habites.

Oh Padre! para sellar mi oración y tener la seguridad de que sea oída, dígnate aceptar por medio del Corazón desamparado de María a tu Divino Hijo como Víctima y acepta en su unión a todos tus Adoradores para que tu gloria sea plena y las almas se salven. Así sea!

 

Friday, 30 May 2025

Friday's Sung Word: "Dio vi salvi, Regina" by St. Francis of Geronimo (in Italian and Corsican)

On January 30, 1735, it was adopted as the national anthem at Corsica's First Declaration of Independence in the town of Corte, to ask for the Virgin's protection. In 1762, the final verse was added, directly in the Corsican language, and refers to the “enemies” of independence. 

 

Dio vi salvi, Regina
E Madre universale,
Per cui favor si sale
Al paradiso.
Per cui favor si sale
Al paradiso.

Voi siete gioia e riso
Di tutti i sconsolati,
Di tutti i tribolati
Unica speme.
Di tutti i tribolati
Unica speme.

A voi sospira e geme
Il nostro afflitto cuore
In un mar di dolore
E d'amarezza.
In un mar di dolore
E d'amarezza.

Maria, mar di dolcezza,
I vostri occhi pietosi,
Materni ed amorosi,
A noi volgete.
Materni ed amorosi,
A noi volgete.

Noi miseri accogliete
Nel vostro santo velo.
Il vostro figlio in cielo,
A noi mostrate.
Il vostro figlio in cielo,
A noi mostrate.

Gradite ed ascoltate,
O Vergine Maria,
Dolce, clemente e pia,
Gli affetti nostri.
Dolce, clemente e pia,
Gli affetti nostri.

Voi dai nemici nostri,
A noi date vittoria
E poi l'eterna gloria
In paradiso.
E poi l'eterna gloria
In paradiso.

 

Dìu vi salvi, Regina
È Matre universale,
Per qual favor si sallì
À u paradisu.
Per qual favor si sallì
À u paradisu.

Voi site gioia è risu
Di tutti i scunsulati,
Di tutti i tribulati
L'ùnica speme.
Di tutti i tribulati
L'ùnica speme.

À voi suspira è geme
Lu nostru afflittu core
In un mar di dulore
È d'amarezza.
In un mar di dulore
È d'amarezza.

Marìa, mar di dulcezza,
Li vostri ochji pietosi,
Materni ed amurosi,
À noi vulghjite.
Materni ed amurosi,
À noi vulghjite.

Noi mìseri accuglite
Ind'u vostru santu velu.
Lu vostru figliu in celu,
À noi mustrate.
Lu vostru figliu in celu,
À noi mustrate.

Gradite ed ascultate,
O Vèrghjina Marìa,
Dolce, clemente è pìa,
L'affetti nostri.
Dolce, clemente è pìa,
L'affetti nostri.

Voi dai nemici nostri,
À noi date vittoria
È poi l'eterna gloria
In paradisu.
È poi l'eterna gloria
In paradisu. 

You can listen "Dio vi salvi, Regina" here

Wednesday, 9 April 2025

Prayer of Saint Sophronius of Jerusalem to his Guardian Angel (translated into Portuguese)

      É a vossa benignidade que rogo e imploro, ó bons e imaculados Anjos e Arcanjos! A vosso poder recorro, ó intemeratos espíritos! Obtende-me que pura seja a minha vida; inabalável, a minha esperança; ilibados, os meus costumes; perfeito e livre de toda ofensa, o meu amor para com Deus e para com o próximo. Ah! tomai-me pela mão, conduzi-me, guiai-me por aqueles caminhos que são aceitos por Deus e salutares para mim.

Wednesday, 5 March 2025

Ato de Consagração Pessoal ao Sacratíssimo Coração de Jesus de de Santa Margarida Maria Alacoque (translated into Portuguese)

 

Eu, (N.N.), vos dou e consagro, ó Sagrado Coração de Jesus Cristo, a minha vida, as minhas ações, minhas penas e sofrimentos, para não querer mais servir-me de nenhuma parte do meu ser, senão para vos honrar, amar e glorificar. É esta a minha vontade irrevogável: ser todo vosso e tudo fazer por vosso amor, renunciando de todo o meu coração a tudo quanto vos possa desagradar!

Tomo-vos, pois, ó Sagrado Coração, por único Bem do meu amor, Protetor da minha vida, Segurança da minha salvação, Remédio da minha fragilidade e da minha inconstância, Reparador de todas as imperfeições da minha vida e meu Amparo seguro na hora da morte.

Sê, ó Coração de Bondade, a minha Justificação diante de Deus, Vosso Pai, para que desvie de mim a Sua justa Cólera.

Ó Coração de Amor, deposito em Vós toda a minha confiança, pois tudo temo de minha malícia e de minha fraqueza, mas tudo espero de Vossa Bondade. Extingui em mim tudo o que possa vos desagradar ou que se oponha à vossa Vontade.

Seja o vosso puro Amor tão profundamente impresso em meu coração, que jamais possa eu vos esquecer nem me separar de Vós. Suplico-vos que o meu nome seja escrito no vosso Coração, pois quero fazer consistir toda a minha felicidade e toda a minha glória em viver e morrer como vosso servo. Amém.

Wednesday, 22 January 2025

Prayer by St. Anthony of Lisbon (translated into Portuguese).

 

Senhor Jesus Cristo, pedimos-te que nos dês amor a Ti e ao próximo, que nos tornes filhos da luz, que nos defendas das quedas do pecado e das tentações do maligno, para que possamos merecer alcançar a luz gloriosa do teu rosto.

Com a tua ajuda, Tu que és bendito e glorioso, pelos séculos dos séculos. Amém.